CORTO Y CONFICCIÓN

Omar Muharib

29 octubre, 2005

Pesadilla en la Planta 4ª

He perdido el pelo y varios kilos, sorteo el malestar embriagándome con un cóctel explosivo de barbitúricos; aunque no conozco su composición, creo saber cual es su ingrediente básico. Duermo mucho y se suceden sueños extraños. Uno de los más inquietantes fue anoche, creo que motivado por un episodio con Norma ayer por la mañana. Mientras me aseaba, le comenté lo desasosegante que me resultaban mis cortas entrevistas con el Dr. Guerrero. Un relámpago de sonrisa indescifrable cruzó su rostro un instante cuando me dijo: "es que ese hombre es un demonio". Sentí celos.
En mi sueño, volvía yo por el pasillo, rodando mi perchero de suero, cuando vi entrar a Norma en un despacho que hasta entonces no había notado detrás de los ascensores, golpeé levemente la puerta para darle los buenos días, y utilizar alguna excusa para charlar con ella un momento. Segundos después, se abrió la puerta y salió el Dr Guerrero con su uniforme y gesto habitual de tipo misterioso; me ignoró completamente y partió raudo por el corredor. Abrí la puerta en busca de Norma, pero en ese pequeño cuarto no sólo no había nadie, no había nada, tampoco puertas o ventanas.

23 octubre, 2005

Huckleberry Simpson

Hoy he tenido la tranquilizadora revelación de ser uno más; como el último imbécil o el hombre más poderoso de la tierra. No voy a caer en la tentación de sugerir que estos títulos puedan recaer a veces en el mismo individuo. Lo mío va más allá.
Hoy se me ha sosegado el alma cuando me di cuenta que somos en definitiva, no más que un frágil eslabón de una cadena que sólo se romperá cuando lo decidan fuerzas fuera de nuestro alcance; no, no voy a ponerme místico, aunque, si lo hiciera, tampoco me faltaría razón. La apreciación de lo superior admite tantas interpretaciones como seres que se plantean semejantes cuestiones. He sabido al mismo tiempo, cual es mi obligación; cada uno sabe la suya, y el que no la sabe, igual la cumplirá.
Me dejo llevar a partir de hoy por este ser interior que espera los milagros con la misma paciencia con que ve girar lejana, la rueda de la fortuna. Me inclino hoy ante Bart Simpson, cuando encarnando a Huckleberry Finn, recostado a la sombra de un árbol, dijo con su voz de niño cazallero : ¡ Ah..la dulce delicia de hipotecar el futuro !

21 octubre, 2005

Ultimátum

Guillermo, Oscar, Omar y Osvaldo vinieron juntos; era evidente su planificación de la visita, Reinaldo no pudo, estaba en Bruselas medrando con la excusa de colaborar en la planificación eurocomunitaria. Llamó sin secretaria de por medio para decirme que seguro no sería nada y que esperaba venir pronto a verme. ¿Dónde oí yo eso?
El cuarteto de payasos que recibí en pijama, no consiguieron hacer creíble su papel, y sin embargo me reí para ellos; lo que vale es la intención.
Clara fué la primera (era de esperar), llegó a primera hora con "el pan más rico del mundo", un integral de cereales que me chifla. Me dijo que era sueño el rastro de llanto en su carita cansada. Antes de entrar estuvo hablando con Norma (que así se llama "mi" enfermera. Las vi reirse y me di cuenta de que se caían bien. No sé qué haría Clara si supiera cómo me gusta esa mujer..., bueno, quizás ya lo sepa. Me hizo prometerle que iría a su casa por Navidad.
Mi habitual incontinencia onírica, ha ganado terreno y alcanza desde hace un par de días el delicado mundo de los esfínteres. Norma es tan hábil en esta penosa situación, que me hace pensar que es lo más natural del mundo, y me regala, de vez en cuando, una voluntaria panorámica de su escote de joven hermosa. Es generosa, así que debo concluir que es perfecta.
No creo que quiera vivir en esta incomodidad por mucho tiempo. Está decidido, moriré el 26 de Diciembre.

15 octubre, 2005

Enfermedad

Anoche estuve en el Infierno, lo atravesé en un sueño en el que me veía involucrado con un tipo de personas a las que evito y repudio habitualmente. No sé porqué causa, debía yo aparentar que era como ellos, o peor. Durante aquel viaje que me pareció largo (una especie de superproducción de la mente dormida, fuí brutal y valiente, mientras sabía que no podía equivocarme con esa gente, y un temor, que debía ser invisible, me guiaba.
Creo que estas convulsiones de la psique se deben a que me han detectado un mal incurable.
Ya me lo veía venir cuando la enfermera me preguntó acerca de mi familia; creerán que uno no puede superar solo el conocimiento de su muerte próxima. He vivido mucho, y mis huesos están cansados, tuve un trapicheo con la muerte y eludí incluso al demonio tras pactar con él, al menos eso siempre creí. Quizás sea hora de marchar en paz; se ha hecho lo que se ha podido.
La enfermera es guapa, y tiene una de esas personalidades sólidas y encantadoras; me gustaría a veces tener cincuenta años menos, para poder gustarle como ella me gusta. El médico en cambio, es un tipo inquietante; siempre con gafas oscuras, no es posible ver sus ojos. Se llama Guerrero, como mi bisabuelo, y cuando se lo comenté una vez, hizo una media sonrisa que me heló la sangre. Lleva siempre un gorro de esos de cirujano encasquetado en su cabeza casi completamente. El nombre no lo sé porque en el cartel de su consulta dice sólo: L.Guerrero. Me recuerda a alguien de mis años mozos, pero no sabría decir a quién. En fin, qué más da. Espero que se avenga a proporcionarme toda la morfina que necesite (se acepta algo más) si las cosas se ponen feas; no quiero más de él en estas circunstancias. Ya estuve en el Infierno, ahora me aguarda el cielo, eso espero al menos, no tanto porque crea que sea mejor, es sólo cuestión de curiosidad. Buenas noches.

12 octubre, 2005

Palomas (una cuestión de tiempo)

Desde hacía tiempo, las palomas se habían adueñado de la ciudad, pero nadie pareció notarlo hasta que atacaron a unos niños en el Parque Calero.
Madrid era como la Bosnia de los 90, un agujero inquietante en aras de Blade Runner a cambio de un quinqui. Lo malo fué que la población cogió la senda inversa, y reeditó esa violencia antigua, que nunca termina de desaparecer del todo. Los débiles fueron pasto de los crueles, mientras las autoridades defendían el material sensible de las clases dominantes. Siglo de mala muerte este XXI, exactamente como todos los demás.
Ahora hasta las ratas del aire exigían su parte del botín, basándose en su lógica del número; seis millones y medio de palomas, calculaba "Matemáticos sin Fronteras" en la edición especial del canal 516LKW. El mundo daba cada vez más asco, y hasta Picasso veía parte de su obra proscrita.
El pánico y las denuncias de ataques se expandieron a lo largo y ancho de España. Por fin pudimos entender lo que significaban "halcones" y "palomas" cuando se hablaba de los partidos políticos. Todo tiene su lado positivo.