09 diciembre, 2005

Encrucijada

Soñé que atravesaba un túnel, yo le llamaría el túnel de las apariencias; mientras avanzaba en aquella cavidad, me parecía reconocer figuras que luego no eran tales. En un momento la cueva se bifurcaba; un ramal era un hueco del que salía una luz brillante, el otro, solo un silueta oscura en la que apenas podía verse a una mujer en la bocamina. Si mantenía la vista en la iluminada galería, entrecerrando los ojos, estaba también la mujer. Las dos eran Clara; pude reconocer su gesto apesadumbrado, pero aparté la vista, la luz era cegadora. Creo que por eso escogí ir por la entrada oscura, en la que no podia ver su rostro; quizás, allí, estuviera sonriendo.