12 octubre, 2005

Palomas (una cuestión de tiempo)

Desde hacía tiempo, las palomas se habían adueñado de la ciudad, pero nadie pareció notarlo hasta que atacaron a unos niños en el Parque Calero.
Madrid era como la Bosnia de los 90, un agujero inquietante en aras de Blade Runner a cambio de un quinqui. Lo malo fué que la población cogió la senda inversa, y reeditó esa violencia antigua, que nunca termina de desaparecer del todo. Los débiles fueron pasto de los crueles, mientras las autoridades defendían el material sensible de las clases dominantes. Siglo de mala muerte este XXI, exactamente como todos los demás.
Ahora hasta las ratas del aire exigían su parte del botín, basándose en su lógica del número; seis millones y medio de palomas, calculaba "Matemáticos sin Fronteras" en la edición especial del canal 516LKW. El mundo daba cada vez más asco, y hasta Picasso veía parte de su obra proscrita.
El pánico y las denuncias de ataques se expandieron a lo largo y ancho de España. Por fin pudimos entender lo que significaban "halcones" y "palomas" cuando se hablaba de los partidos políticos. Todo tiene su lado positivo.