18 julio, 2005

Lucía y los agujeros

...tengo también una hija morena, con los mismos agujeros que me he descubierto en la cabeza.
Fué hace un tiempo, por casualidad; mesando mis cabellos, noté un pequeño hundimiento en la parte superior del parietal derecho. Termine catando con cada dedo, y con fruición, esa leve hondura, que me acercaba al interior, donde habita el hálito del que soy súbdito, al tiempo que me obligaba a rastrear algún accidente desapercibido. No me había acostumbrado aún a la novedad cuando noté también el del izquierdo. Apunté meticulosamente mi estado de salud en general. Cuando se cerraron caí en una honda depresión.
Tengo como os decía mi huella morena, de un moreno como el mío en aquel tiempo de padres; lagartija de familia obrera trepándose a la vida de sus nueve años, esos que ella vive, y yo añoro.
Hoy supe, peinándola, que ella también tiene, exactamente, los mismos hoyos en el cráneo. Ahora sé que espiaré sus ojos buscando sombras que alejar cuando se le cierren. Lo intentaré todo, y no será suficiente. Esto es así, y debemos aprender a convivir con ello. ¡Ahh..pero cuando vuelvan a abrirse! Mariposa ágil de risa fácil y cara bonita, danzando sobre el tiempo.