En la timba de la vida...
Juego con los naipes que me han tocado, y a veces me gustaría ser un tahur, pero los dones se reciben con las cartas. Cuando vienen mal dadas, pretendo mantenerme impertérrito, y nunca lo consigo; transparente para los jugadores más experimentados, no soy un buen estratega, y sin embargo tengo noches brillantes. Saber que se lleva las de perder, no cierra las puertas a la fortuna cabalgando en una buena mano, ni a la repentina inspiración que hace que parezca habilidad, la implacable ley de las probabilidades.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home