14 marzo, 2005

Uzak

Siempre he sido lejano a todo aquello que me era caro. Ha ido creciendo a mi riego, una hiedra espesa que me protege y me desasiste de todo lo profundo que se supone al afecto de los demás.
Como aquel personaje oscuro de la maravillosa película de Nuri Bilge Ceylan, tejo una telaraña diseñada para atraparme. Me lanzo entusiasta al desapego que me dará un nirvana descafeinado, a cambio de los latidos rabiosos de mi corazón.
Me alejo equidistante de quienes debería ayudar como de aquellos a los que la realidad proclama como mis únicos posibles salvadores.
Ya no fotografío puestas de sol si hay que girar la curva para hacerlo correctamente, si bien aún esquivo las primeras flores de la primavera al caminar. No todo está perdido.